La Sociedad Civil en Habitat III



En octubre de 2016, Quito fue sede de HABITATIII, la Conferencia más relevante a nivel global sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible que se realiza cada 20 años. A este evento internacional fueron convocados decenas de miles de personas, los Estados miembros de las Naciones Unidas (NN.UU.), instituciones públicas y privadas de todo el mundo y ciudadanos que buscan ser parte de la construcción de la nueva agenda urbana (NAU) y su implementación para los próximos 20 años. La aprobación de la NAU en Quito contiene los acuerdos y compromisos globales que moldearan las ciudades futuras, aunque no resulte vinculante para los países que la suscriben.


Haciendo un breve recorrido histórico de las ediciones de HABITAT, hay que trasladarse al año 1976, en la ciudad de Vancouver, Canadá, para encontrarnos con la celebración de la primera edición,  cuya declaración final[1] giró en torno a los asentamientos humanos, esta declaración supuso un adelanto en materias como la distribución de los beneficios del desarrollo, planificación y regulación del uso del suelo, protección ambiental, protección a desplazados por desastres naturales e incorporación de las mujeres y los jóvenes en la planificación de políticas en asentamientos, y por último, en dicha declaración, si bien no resalta a la sociedad civil como actor principal, si se puede extraer del texto que la misma tiene vital importancia en la gestión del territorio. La participación directa de las personas en el diseño e implementación de programas y políticas que afectan a su vida es un derecho básico y de dignidad, independientemente si esta se da de manera individual o colectiva[2].

En 1996, 20 años después de Vancouver, tuvo lugar la segunda edición, HABITATII, en la ciudad turca de Estambul,  conocida como “la cumbre de las ciudades”, y giró sobre la idea central de la promoción de la vivienda adecuada para todos y el desarrollo sostenible de los asentamientos humanos en el mundo. En el camino preparatorio de esta segunda edición, se puede reseñar que hubo una fuerte participación  e influencia de la sociedad civil, resaltando que tuvo un papel protagónico en la definición de posturas y contenidos de la agenda, con un reconocimiento expreso que desembocó en una participación activa con opinión propia en la sesión principal de la Conferencia. Además se propiciaron una gran cantidad de debates, reuniones, exposiciones de ciudades de buenas ideas, mesas redondas sobre temática urbana como empleo, transportes, megaciudades, comunicación entre las zonas rurales y urbanas, fisiología urbana, democracia y ciudades en el siglo XXI, ciudades  y sociedad de la información. Se destacó en la declaratoria final[3], que el papel de la sociedad civil junto a otros estamentos públicos privados es indispensable para alcanzar el objetivo del desarrollo sostenible.






Llegamos en el tiempo a Quito 2016, HABITATIII, que tiene una estructura organizativa representada por el Secretariado de HABITATIII, instancia final encargada de coordinar la organización integral del evento, en cuya coordinación se distingue el wolrld urban compagn, red global de urbanistas, que incluye a miembros de la sociedad civil, ciudades y grupos de negocios que trabajan conjuntamente con la agenda propuesta por UN-HABITAT. Se creó, a partir de esta red global, la Asamblea General de Socios, GAP, cuyo objetivo era fortalecer el compromiso y el grado de participación de todos los actores, el GAP se constituyó con 15 miembros, representantes de los mayors groups y otros grupos de interés, Autoridades locales, subnacionales ,investigación y Academia, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones de base, mujeres, parlamentarios, niñez y juventud, empresas e industria, fundaciones, profesionales, organizaciones sindicales y gremiales, sector agropecuario, indígena, medios y tercera edad. Como vemos una amplia representación de todos los actores con la duda de si son representativos.



Por otro lado, se programaron tres reuniones de los comités preparatorios, prepcom, con la finalidad de anticipar la preparación de la Conferencia, y a los que asisten todos los países miembros de NN.UU., estas reuniones se dieron dos rondas de consultas interesantes para el proceso de participación de la sociedad civil. La primera volcada hacia las organizaciones de base, liderada por la comisión Huairou[4], mujeres en empleo informal: globalizando y organizando (WIEGO)[5] y el movimiento global de los pobres urbanos Slum Dweller International (SDI)[6],  en ella se quiere asegurar que las voces de las organizaciones de base fueran escuchadas en el desarrollo de la Conferencia HABITATIII. Otra de las reuniones fue la relativa a la sociedad civil, donde se estableció un comité de aliados, Partners commutte, que habilitó una participación activa de la sociedad civil en el diseño de la NAU. Previa a esta reunión se implantó el comité de planificación de la sociedad civil, fijando la necesidad de una plataforma inclusiva que facilitará el dialogo y que fuera además propositiva con los temas incluidos en la agenda. Hay que decir, sin embargo, que las propuestas hechas no abordaron los medios concretos para que la participación de la sociedad civil se traduzca en resultados sobre la NAU, ni como ésta va a estar presente a la hora de moldear y monitorear la propia NAU.

En la segunda prepcom, se evidenció la falta de voluntad de la organización de HABITAT para incluir a la sociedad civil y a los gobiernos locales como entidades propositivas autónomas con derecho a voto, aunque si con derecho a opinar, esto puede haber hecho que la conferencia y su producto final, la NAU, sea algo incierto sumido en gran incertidumbre.

Por último, y en el mismo proceso de preparación del proceso que condujo a Quito, se propusieron reuniones temáticas y regionales donde no se incluyó a la sociedad civil, ni a las Organizaciones de base, tratando temas tales como el espacio público, ciudades intermedias, energía sustentable, financiación para el desarrollo, áreas metropolitanas y asentamientos informales.

La primera reunión regional se celebró en Yakarta, Indonesia, comprendiendo a los países de la región Asia y el Pacifico, y en ella se coincidió en la obligación de un cambio en el modelo de planificación, desarrollo y manejo de las ciudades. Se reconoce a los individuos como agentes de cambio y se demanda una sociedad civil fuerte y compenetrada con los procesos de toma de  decisiones, así como en el monitoreo e implementación del desarrollo urbano. La declaración[7] pone énfasis en el esfuerzo de aplacar las brechas humanas que se han producido a raíz del crecimiento urbano  desorganizado.

La reunión en la región africana se celebró en Abuja, Nigeria, y la declaración[8] resultante reconoce la necesidad de trabajar en profundidad en los asentamientos humanos que no estén provistos de buena calidad de vida para la población, fundamentándose en el dialogo entre actores se admite la obligatoria necesidad de manejar los asentamientos humanos basándose en el individuo y en el complemento de sus necesidades y derechos básicos, el fortalecimiento de las capacidades de planificación, soberanía y administración local, adopción de conocimientos y tecnología que favorezcan el tratamiento del cambio climático. La declaratoria, si bien, es propositiva en cuanto  a la organización, implementación y participación en la NAU, no posiciona un rol  específico a los representantes de la sociedad civil, quizás algo más al sector privado para la implementación de lo que se refiere a la tecnología adecuada para la construcción de asentamientos humanos.

La reunión regional de Europa, celebrada en la ciudad de Praga, se concluye con una declaración[9] donde se admite la participación de profesionales, academia, sector privado, sociedad civil, hombres, mujeres, niños y jóvenes, además de los Representantes de los países de la Comisión Europea de NN.UU., Autoridades locales y otras organizaciones. Europa reconoce la necesidad de un nuevo modelo de ciudad que sea ecológicamente amigable, inclusivo, seguro, equitativo y no discriminatorio, resaltando, también, en lo que se refiere a la buena gobernanza urbana, la necesidad de construir capacidades a los actores de la sociedad civil, enfatizando que los ciudadanos deben ser involucrados y consultados permanentemente  a lo largo de todo el proceso de formulación de política pública urbana como parte del sistema de gobernanza multinivel democrático y representativo, incorporando las demandas al diseño de la NAU.

La tercera y última, se celebró en Toluca, México, la reunión regional correspondiente a la representación de América Latina y el Caribe, en su declaración se resalta la importancia del objetivo 11 de la Agenda post-2015[10], que coloca en el foco la importancia del desarrollo urbano y territorial, así como el importante papel del derecho a la ciudad como motor para que todo los actores del proceso de urbanización de la región reconozcan su responsabilidad y asuman sus competencias para crear un proceso que genere oportunidades de desarrollo. La declaración de Toluca también evidencia el rol fundamental de los Gobiernos nacionales, subnacionales y comunitarios para implementar una hoja de ruta que coloque a las necesidades y los derechos de la población y los individuos en el corazón de la NAU. Incorpora avances en torno al modelo de urbanización deseado, participación igualitaria y sin discriminación, manejo de recursos, integración multinivel de Gobiernos, y se menciona únicamente a la sociedad civil en un mínimo apartado como elemento clave a nivel nacional y local para la determinación de la NAU. De acuerdo a la declaración, el dialogo debe darse entre el Gobierno nacional, subnacional, representantes de la sociedad civil y sector privado. La declaración reconoce, igualmente, a nivel interregional que la participación de la sociedad civil, sector privado, Autoridades locales, Academia en la implementación de la NAU debe ser promovida mediante alianzas con diferentes actores para la promoción de recursos, conocimientos, experiencias y tecnología.

Por último, cabe reseñar en esta exposición síntesis del proceso de configuración de los contenidos que desembocaron en la conferencia HABITATIII, al espacio de la organización nacional de la República de Ecuador, al ser país anfitrión y contraparte en el proceso de organización.

Más allá del papel organizativo, el Ministerio de Vivienda y desarrollo urbano del Gobierno del Ecuador (MIDUVI) elaboró el informe del Ecuador hacia HABITATIII[11], que pretende aportar los contenidos nacionales a la NAU. Este informe se estructuró en cuatro temas de agenda urbana, ciudades equitativas, sustentables y resilentes, productivas y recuperación de lo público. El informe tiene su punto de partida en la Constitución de 2008, constitución con un cariz altamente garantista y con una intencionalidad de dar relevancia a la participación pública y aseguramiento de derechos, en este sentido cabe destacar del texto constitucional, que la participación, teóricamente, es un derecho de la ciudadanía y es un principio para la acción estatal y la gestión pública, para ello se institucionaliza la función de transparencia y control social, que sin embargo ni ella ni los consejos nacionales para la igualdad de género, Pueblos y Nacionalidades han tenido un papel ciudadano motivador en la discusión de la NAU, quizás sea una lección el hecho de que la promoción social de la ciudadanía no debe darse desde el Estado sino hacia el Estado que debe implementar mecanismos para que la voz de la sociedad civil se escuche sin limitaciones ni riesgos de exclusión.




Otras iniciativas ciudadanas y de la Sociedad civil fueron, a nivel regional la Plataforma Global por el derecho a la ciudad[12], la plataforma por el Hábitat y el derecho a la ciudad-Ecuador[13] que activó el foro la construcción de la agenda urbana y territorial: camino a HABITAT III, la Red académica para estudios de la ciudad[14]constituida por Universidades nacionales, que mediante una serie de encuentros llamados urbanos intentaron enfatizar  temas de investigación urbana que vayan más allá de HABITAT III, el yourHab, que presentaron su declaratoria de los jóvenes del Ecuador, y realizaron el evento paralelo YourHab Conference, el JapiAwer[15], evento con un cariz más relajado e informal abierto a todo tipo de público, el grupo alternativo Resistencia Habitat 3[16] con propuestas opuestas a los megaproyectos, que haya menos ricos, erradicar la especulación, con propuestas concretas inclusivas en territorios, protección del patrimonio, barrios y comunidades.

Cabe decir para concluir esta fase, que la celebración de HABITATIII en Quito forma parte de la historia que comenzó en 1976, y que continuará hacia el 2036, pero entremedias queda mucho camino que recorrer cuyo transito está determinado por la NAU y su implementación. Todos los actores implicados coinciden en que la sociedad civil es una pieza clave en consolidar y acompañar la aplicación de la misma, esperemos que no sea una declaración de principios y haya una participación real de la misma. El reto está servido.

 Alberto de Miguel Manzano.
Delegado INCIDEM
Ecuador





[2] B) La participación pública debería ser un elemento indispensable en los asentamientos humanos, especialmente en el proceso de decisión de avanzar en la política social y crecimiento económico de los asentamientos humanos. Extracto declaración final, La participación del público.

[3] http://editorial.cda.ulpgc.es/ftp/normativa/8-Varios/Sostenible/1996-ONU%20Declaracion%20de%20Estambul%20Asentamientos%20Humanos-Habitat.pdf
[4] https://huairou.org/communities/
[5] http://espanol.wiego.org/programas-y-temas/programas-de-wiego-organizacion-y-representacion/
[6] Slum Dwellers International (SDI) o Shack Dwellers International como se le conoce en el continente africano, es un movimiento social global de los pobres urbanos comenzó en 1996. Su Presidente es Jockin Arputham   "La solidaridad mundial de los pobres urbanos ha sido un sueño a largo plazo para muchos de nosotros en la red SDI. Este sueño comenzó a tomar forma en la década de 1990, cuando habitantes de los asentamientos informales de Sudáfrica comenzaron a visitar habitantes de las calles que viven en las calles de Bombay, desde aquellos días, la red ha crecido de manera constante en los números, en influencia y en su impacto en la vida cotidiana de millones de familias pobres urbanas. El aprendizaje cara a cara sigue siendo la principal fuerza motriz de la red SDI que ahora se extiende desde Asia, a través de África a América Latina y el Caribe.”
[7] https://www2.habitat3.org/bitcache/f221836ad0656b22e7c4c8a99b5cfd87aa958def?vid=585294&disposition=inline&op=view
[8] https://www2.habitat3.org/bitcache/f034b51ec5a3a07a247365e1f897cb6b64ae01dd?vid=585276&disposition=inline&op=view
[9] https://www2.habitat3.org/bitcache/cec54b98d5c55998447cb3fe9f1a8573323d3a1e?vid=585312&disposition=inline&op=view
[10] http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/summit/
[11] http://www.rumboahabitat3.ec/docs/informe.pdf
[12] http://www.uclg-cisdp.org/es/el-derecho-la-ciudad/Plataforma-Global-por-el-Derecho-a-la-Ciudad
[13] http://cite.flacsoandes.edu.ec/i/plataforma-de-la-sociedad-civil-por-el-habitat-y-el-derecho-a-la-ciudad-ecuador/
[14] https://redacademicaciudad.wordpress.com/
[15] http://www.rumboahabitat3.ec/es/noticias/noticias/101-japiawer.html
[16] https://resistenciapopularhabitat3.org/

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